Volver a Conducir Puede Ser un Objetivo Importante para Mejorar la Calidad de Vida para Personas con una Lesión Cerebral Traumática de Moderada a Grave
Un estudio financiado por el Instituto Nacional De Investigación sobre la Discapacidad, Vida Independiente, y Rehabilitación (NIDILRR, por sus siglas en inglés).
Una lesión cerebral traumática (LCT) es un daño cerebral duradero causado por una fuerza externa, como una caída o un accidente automovilístico. Una LCT se puede clasificar como leve, moderada, o grave en función de varios factores, incluyendo el tiempo que una persona está inconsciente, si experimenta una coma, o si tiene pérdida de memoria. Las personas con LCT moderada a grave pueden tener efectos a largo plazo como resultado, que puede limitar su capacidad de participar plenamente en su comunidad. Por ejemplo, la capacidad de regresar a conducir un vehículo puede ser un desafío para las personas con una LCT moderada o grave.
El regreso a conducir es un objetico común de recuperación para esta población, ya que puede dirigir a un aumento en la participación comunitaria, empleo, y una mejor calidad de vida. La investigación anterior sugiere que entre 40% y 70% de las personas con LCT regresan a conducir. Se ha demostrado que los factores como la educación, empleo, raza, y severidad de la lesión tienen un impacto en regresar a conducir. Sin embargo, se conoce poco sobre si factores adicionales como la edad influye y otras características personales también pueden tener un impacto a regresar a conducir, cuanto tiempo tardan las personas en volver a la carretera después de una LCT.
En un reciente estudio financiado por NIDILRR, los investigadores buscaron examinar los efectos de edad, severidad de la lesión, y otras características personales en, incluso el momento de, volver a conducir después de una lesión. También querían ver si regresar a conducir tendría un impacto en el bienestar emocional, la calidad de vida, y la participación comunitaria.
Los investigadores de los Centros del Sistema Modelo sobre la LCT en Alabama, Colorado, Michigan, Minnesota, Nueva Jersey, Pensilvania, Virginia, y Washington entrevistaron a 706 personas con LCT que estaban matriculadas en la Base de Datos Nacional de los Sistemas Modelo sobre la LCT. Todos tenían a lo menos 16 años de edad, eran capaces de conducir antes de su lesión, y cumplieron los criterios para una LCT moderada o grave. Todos los participantes completaron entrevistas de seguimiento y programadas regularmente sobre su salud y recuperación después de su LCT, como parte de la recopilación de datos para la Base de Datos Nacional, y se les ofreció completar la encuesta sobre la conducción entre mayo de 2018 y mayo de 2019. Respondieron a preguntas sobre los factores detrás de su decisión de volver a o dejar de conducir, las limitaciones personales o externas que dificultaron conducir de nuevo, sus actividades actuales de conducir, y los problemas de seguridad que han encontrado en su regreso a conducir.
Los investigadores analizaron las respuestas a la encuesta junto con la información recopilada en las entrevistas de seguimiento. Los investigadores también analizaron la información de cada participante de la Base de Datos Nacional: el tiempo transcurrido desde la lesión, si tuvieron convulsiones el año anterior, y la severidad de la LCT medida. Finalmente, los investigadores compararon la muestra del estudio con una muestra nacional de conductores estadounidenses.
Los investigadores encontraron que:
- Más de las tres cuartas partes de los participantes habían vuelto a conducir. La tasa de retorno a conducir fue más alta en los primeros 2 años después de la lesión.
- Los participantes que regresaron a conducir y siguieron conduciendo (conductores activos) tenían niveles más altos de participación comunitaria y satisfacción con la vida, y niveles más bajos de depresión que aquellos que volvieron a conducir, pero posteriormente habían dejado de conducir.
- Los participantes que volvieron a conducir tenían más probabilidades de tener más educación e ingresos familiares más altos, y estar empleados. Específicamente:
- Los participantes que tenían al menos algo de educación universitaria tenían el doble de probabilidades de volver a conducir que los que no habían completado la escuela secundaria.
- Los participantes en el tramo de ingresos más alto tenían 4 veces más probabilidades de volver a conducir.
- Los participantes empleados tenían 5 veces más probabilidades de volver a conducir.
- Los participantes blancos tenían el doble de probabilidades de volver a conducir en comparación con los participantes negros, independientemente de si residían en áreas urbanas o rurales.
- Los participantes que informaron haber tenido convulsiones tenían muchas menos probabilidades de volver a conducir.
- Aquellos con una LCT más grave tenían menos probabilidades de volver a conducir.
Los investigadores no encontraron que el porcentaje de participantes que volvían a conducir disminuyese con la edad. En cada grupo de edad, encontraron que el porcentaje de aquellos volviendo a conducir era similar, con la excepción de los mayores de 70 años de edad donde se observó una caída en el porcentaje. Sin embargo, un porcentaje menor de participantes conducían en comparación con sus compañeros en la muestra nacional.
Los autores notaron que el porcentaje de los participantes que habían vuelto a conducir era mayor en comparación con estudios anteriores de personas con LCT sobre el tema. Pero cuando los investigadores excluyeron a una parte de los que habían vuelto a conducir pero que habían dejado de hacerlo, los resultados fueron más consistentes con los estudios anteriores. Los autores también notaron, así como con la investigación anterior, la severidad de la lesión, la raza, y nivel de educación tuvieron un impacto en el regreso a a conducir. Este estudio también identificó los ingresos familiares como otro factor que tuvo un impacto significativo en el retorno a la conducción. Teniendo en cuenta el alto costo de comprar y mantener un vehículo, aquellos con ingresos más altos pueden tener más posibilidades de comprar un vehículo estándar o adaptado. Un porcentaje significativo de los participantes en este estudio volvió a conducir, y aquellos que eran conductores activos informaron más participación, mayor satisfacción, y menor depresión. Los autores sugirieron que la futura investigación puede ser beneficiosa para examinar las barreras a la conducción, patrones de conducción, seguridad, y acceso a un vehículo. Es posible que los proveedores de rehabilitación, incluyendo los especialistas en rehabilitación de conductores, deseen priorizar las evaluaciones y la capacitación para volver a conducir temprano en el proceso de recuperación después de una LCT.
Para Obtener Más Información
El Centro de Traducción de Conocimientos de los Sistemas Modelo (en inglés) proporciona recursos de información basados en la evidencia desarrollados con los investigadores en los Centros del Sistema Modelo sobre la LCT incluyendo:
La Asociación Estadounidense de Terapia Ocupacional tiene información sobre la Conducción y la Movilidad Comunitaria (en inglés), incluyendo una base de datos para encontrar a los especialistas en rehabilitación de conducción cercanos.
Para Obtener Más Información Sobre Este Estudio
Novack, T.A., et. al. (2021). Regreso a la conducción después de una lesión cerebral traumática de moderada a grave: Un estudio del Sistema Modelo sobre la Lesión Cerebral Traumática (en inglés). Archivos de Medicina Física y de Rehabilitación, 102, 1568-1575. El artículo está disponible en la colección de NARIC con el Número de Acceso J87019 y solo está disponible en inglés.